10.10.13

El día en que nada importó.

Hoy he aprendido que al nacer, nuestra mente es una hoja en blanco. Durante nuestra vida, vamos rellenándolas con enseñanzas y conocimientos que nos ayudan a expresarnos. Me han comentado también que nuestro lenguaje es un conjunto de signos que relacionamos con una realidad determinada. Que nosotros creamos una imagen en nuestra cabeza asociada con la palabra en sí. 
Qué curioso, ¿no? 
Que nada exista desde siempre.
Y yo, como soy yo, me pongo a pensar. ¿Y nosotros? ¿Somos diferentes? 
Pues no. Somos exactamente iguales que los signos que conforman nuestro lenguaje. Vamos creándonos, desarrollándonos, moldeándonos y cambiando a nuestro antojo, pero al fin y al cabo, seguimos siendo un concepto en la mente del que nos ve. Una imagen de nosotros que crean ellos mismos a partir de cómo actuamos. 
Eso no soy yo. Es un dibujo de mí trazado por las manos desconocidas de otro. Y no voy a permitirlo.
Quizás no es el momento idóneo para hablar sobre ésto. O puede que sí. Puede que por fin alguien me haya abierto los ojos. Me han zarandeado por los hombros con fuerza para hacerme ver que no hay concepto preconcebido de mí, que se crea día a día, paso tras paso. Que yo soy la dueña y señora de mis acciones, y acepto triunfos y derrotas. Que cuando lo que piense la gente me importe una mierda sabré que he madurado, que soy libre, que soy yo. 

2 comentarios:

  1. "Cuando lo que piense la gente me importe una mierda sabré que he madurado, que soy libre, que soy yo". Puede que yo también debiera apuntar esa frase en algún sitio bien cerquita para verla todos los días, porque no se puede tener más razón.

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  2. Absolutamente de acuerdo. Yo me hago ese planteamiento muchas veces, en plan, voy a ser como yo quiero ser no lo que se espera de mí, pero al final siempre caigo en lo mismo ...
    será que aún me queda por madurar.
    Besitos Almudena, genial como siempre ^^

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