25.8.12

Levantarse.



Llega el día y llega el momento en el que tu vida tiene que dar un giro de 360 grados. No se sabe exactamente cuándo ocurre, pero tengo una teoría. Es cuando dices "ya basta",y no estás dispuesta a seguir así, siendo la chica lista y estudiosa. La niña dulce y tímida que no llama la atención de nadie, que pasa desapercibida y cuya estrella no brilla, todavía.
Pero su interior es mucho más fuerte, aunque ni ella misma lo sabe. No comprende cómo superar algunos retos de la vida, a pesar de haberlo conseguido muchas otras veces. No confía en sus capacidades, ni siquiera en ella misma. Y vive de caídas, de tropezones y de resbalones que la ponen a prueba sin que ella se dé cuenta. Y que poco a poco, la enseñan a levantarse cada vez mejor. Pero pasa el tiempo, y cada vez cuesta más levantarse. Porque deja de dolerte lo físico, y empieza el daño profundo, mucho más difícil de curar. Y vuelves a caer de culo en el frío suelo de la realidad.
Justo ahí llega alguien. Una persona que lo es todo para ti, que te anima y te ofrece la mano tirando de ti para que te pongas en pie y empieces a andar. No dejará que te vuelvas a caer, porque siempre estará allí para sujetarte. ¿Sabes ya quién es esa persona? Yo todavía no lo he descubierto, pero estoy empezando a hacerme una idea.

22.8.12

Mi actriz favorita.




Libérate. Suéltate el pelo, baila como una loca. Diviértete. Canta a toda voz en el coche, ponte la música a todo volumen, salta, ríe, disfruta y que no te preocupe lo demás. Deja las preocupaciones atrás porque tenemos que romper el guión. Sí, me has escuchado bien, el guión.
Porque nuestra vida es una obra de teatro, y yo no quiero ser otra actriz que tiene un papel secundario, que siempre hace lo mismo y que pasa desapercibida. Esa a la que mandan a otro país o incluso la matan porque la audiencia no la quiere. Yo quiero ser protagonista de mi propia obra. Quiero que me aplaudan por mis logros. Que lloren por mis tristezas. Que disfruten con mis alegrías, con mis sueños. Quiero escribir mi destino en papeles en blanco, vírgenes, donde el fino pincel no ha desembarcado aún Donde todo es posible sólo si tú quieres que lo sea.
Quiero ser la autora de mis actos, de las escenas y de los diálogos que conformen mi historia, y si no sé escribirlos, aprenderé de los errores.
Quiero cumplir mis sueños, mis propósitos y mis metas, porque sé que puedo con ellas. Seré la persona que siempre quise ser, y me sentiré orgullosa de mi propia identidad.
Imaginaré historias de amor como las de las películas, pero confío en quw algún día yo sea la protagonista de la mía, y que sea tan mágica o incluso más que aquellas con las que fantaseaba de pequeña (y no tan pequeña)
Pero de lo que estoy segura es de que no quiero ser como los otros actores, quiero ser yo, y esa será siempre mi actriz favorita.

19.8.12

Mi desorden ordenado.



Un caos mental, un desastre inalcanzable. Es algo mío y que sólo yo conozco y puedo manejar. Es mi mente, mi conciencia. Son mis pensamientos, mis sentimientos y mis emociones. Un completo lío que nadie comprende. Eso soy yo. Así somos todas las personas. Un desorden que sólo nosotros podemos organizar.

15.8.12

Versión 2.0.



Inspiro, expiro. Inspiro, expiro. Lo hago varias veces en un vago intento de relajarme. Llevo un rato esperando a que llegue el momento en que lo supere, pero no llega. Y lo intento. Intento abrirme a la gente que no conozco pero que me muero por conocer, por trabar amistad con ella. Y cuesta. Debes saber lo que cuesta. Intentar olvidar por un momento todas tus inseguridades, tus problemas, a tí misma. Dejar de avergonzarte de cómo eres por miedo a ser rechazada, a ser diferente. A quedarte sola.
Y lo intentas. Una y otra vez. Y nunca lo consigues. Se te forma un nudo en la garganta, se te revuelve el estómago y tiemblas. De los nervios. Del miedo. De la ansiedad. Y vuelves a refugiarte en tu música, en los libros, en las peículas donde la chica tímida lo supera. Y te preguntas: "¿Por qué no lo consigo yo?"
Pero sabes y tienes esperanza de que algún día pasará. Algún día te trasnformarás y surgirá en ti esa loca de la colina que sigue siendo la misma. Tú. Pero en versión 2.0.

11.8.12

Esperando.


Según la Real Academia de la Lengua Española, "esperar" significa "permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo". Algo normal y corriente, algo parte de la vida diaria. Pero cómo duele. Cómo duele que te hagan esperar, que dejen a la curiosidad invadirte cual nube invade un precioso cielo azul. Y todo se oscurece. Se nuble tu futuro, porque sabes que, si alguien te hace esperar, no puede pasar nada bueno.
Me imagino que te habrás dado cuenta que no me refiero a esperar porque alguien llegue tarde donde habeís quedado para comer, o a casa por la noche. Porque eso no duele ni una milésima de lo que duele esperar una respuesta, una sílaba, un gesto, un mensaje, una carta, una llamada. Un "algo" que siempre, siempre llega tarde.
Cómo duele, ¿No? Que le digas a tu mejor amigo cuánto te gusta y que él se quede en silencio. Un silencio sepulcral que te rompe el corazón. Que le envíes una carta al amor de tu vida, que fue a luchar a la 2da Guerra Mundial y que no recibas su respuesta. Que sepas que un familiar está grave y que no recibas llamadas que informen de su estado. Uff, duele.
Así que, para los que esperan, que sigan así. Sé que duele, que agobia, que angustia y desespera, pero si realmente te importa tu mejor amigo, el de amor de tu vida o ese familiar enfermo, sigue esperando o bien toma la iniciativa. Y para aquellos que nos hacen esperar, que piensen cómo duele, si les gustaría que se lo hicieran. Que reflexionen.




4.8.12

Una tonta que sueña.


¿Sabes? Hasta hace un momento no me he dado cuenta de que echo de menos lo que no tengo, lo que nunca he tenido y por consecuencia, nunca he sentido, saboreado, olido, tocado. Es de tontos, y lo sé, pero tengo entendido que si lo echo de menos es porque lo deseo. Porque en mi interior, en lo más profundo, tengo la necesidad de ello. Y justamente por eso, lo quiero. Pero a la vez lo extraño.
Veo a una pareja, de la mano, siempre juntos, demostrando que se quieren, y que por el momento, no tengo ni he tenido a alguien así. Con quien no haya barreras, con quien pueda hablar de todo, con confianza y sin temores, sin esa maldita vergüenza.
También echo de menos a alguien a quien abrazar con amor, alguien con quien pasear por la playa en la puesta de sol, o en el parque. O alguien con quien salir de fiesta, a cenar, a comer. Alguien que me recoga a las ocho en la puerta de mi casa y que me diga lo guapa que estoy. Al chico de mis sueños, de mis libros, de mis fantasías. A la historia de vida, a mi vida como un cuento de hadas.
Sí, repito. Puede que sea una tonta por anhelar algo que nunca he tenido, pero sé que por lo menos, soy una tonta que sueña con una pizca de esperanza y felicidad en un mundo en el que los soñadores lo tienen muy difícil.

1.8.12

Es mi vida.


Odio que las personas intenten manejarme, que intenten manejar mi vida a su antojo. Es mía y de nadie más, y tengo el derecho de utilizarla, de organizarla y de rellenarla como quiero. No quiere que me digan lo que tengo que hacer, cosas tan obvias, tan evidentes que las puedo saber yo. Tengo conciencia, y por eso mismo, sé cuando algo está bien o cuando está mal, cuando debo seguir o cuando debo darme por vencida. También entiendo cuando no debo salir, cuando tengo que estudiar, cuando tengo que hacer deporte, cuando debo comer. ¡Lo entiendo! Pero cada vez que me repiten, una y otra vez mis obligaciones, me poner de los nervios. Y es que parece que no tenga capacidad de saberlo, de pensarlo y entenderlo, de comprender lo que tengo que hacer. Pues sí que puedo hacerlo, y lo puedo demostrar.
Tampoco soporto que todos los días me recuerden mis asuntos pendientes: que si tengo que enviar esto, que si tengo que pagar lo otro, que si tengo que estudiar para esto, que si queda poco tiempo para lo otro. ¡Lo sé! ¡Lo sé y lo entiendo, lo sé y lo comprendo! Pero, por favor, dejadme libre, independiente, a mí sola, a mí y a mi conciencia, a mí a mis actos. Porque no soy perfecta, y eso es lo bonito de la vida, y de mi adolescencia. Mis errores, equivocaciones, caídas. Pero ¿no son bonitos los aciertos, las correcciones y el hecho de levantarse?
Así que, por favor se los pido, que me dejen en paz, porque, aunque no lo crean, esta es mi vida.