9.11.12

Cuando se acaben las estrellas.

Le miró con una sonrisa fascinante. De las suyas. Sí, esa de dientes blancos y perfectos, de labios finos y sonrosados. Sus ojos brillaban bajo la luz de la luna, y no podía hacer otra cosa que devolverle la sonrisa. Se la merecía. Era mucho más que una persona que cruzaba por su vida. Era ella. 
La emoción que podía leerse en su rostro le causó gracia, y rió por lo bajo, generando que ella lo observara un poco confusa y le preguntaba que por qué se reía. Si ella supiera lo infantil que se veía al buscar formas en el cielo estrellado. Si supiera cuánto significaba para él su entusiasmada sonrisa y su mirada oscura. Un pozo en el que deseaba perderse. Si tan sólo supiera que él la había anhelado hacía ya mucho tiempo.

-¡Mira, una estrella fugaz! - exclamó volviendo a posar la vista en el cielo y señalando un punto de aquel oscuro infinito con su índice. En efecto, una tenue luz cruzaba el firmamento a una velocidad increíble -. Pide un deseo - le ordenó con alegría al mismo tiempo que cerraba los ojos. 

La miró sorprendido y entrecerró los ojos lo justo para poder observarla mientras ellas ponía toda su concentración en aquella ilusión que enviaría a la estrella. Cuando abrió los ojos, él la observaba atentamente. El silencio reinó entre ambos.

-¿Crees que algún día se terminaran las estrellas? - preguntó ella de repente. Parecía curiosamente preocupada.
-¿Terminarse? ¿Te refieres a que no haya ninguna más en el cielo? - cuestionó él pensativo.
-Sí, eso.
-Pues no lo sé, pero... ¿realmente importa eso?
Ella lo miró un poco enfadada.
-¡Pues claro! Si no hay estrellas, ¿quién iluminará las noches? ¿quién acompañará a la luna? ¿a quién le pediremos nuestros más íntimos deseos? ¿quiénes representarán nuestros sueños?
-Pues las farolas nos dan muy buena luz... - bromeó con una sonrisa de burla en la cara. Ella le dio un golpe en el hombro claramente disgustada pero no habló, así que él continuó un poco más serio -. No creo que pase nada. Cuando se acaben las estrellas, yo seré su sustituto - ella lo miró algo confundida -. Sí. Si tu le pides tus deseos más profundos a las estrellas, y ellas se encargan de cumplirlos, pues lo tendré que hacer yo, ¿no?
-Estás loco...
-Puede, pero soy un loco sincero. Yo puedo ser tu estrella como tú eres la mía. Yo puedo conseguir que seas feliz y que vivas esta vida al máximo. Puedo darte cada día un poquito de azúcar para que todo vaya mejor; yo puedo ofrecerte mi hombro por si quieres desahogarte; puedo intentar cumplir tus sueños más extraños; puedo darte todo lo que quieres mientras esté en mi mano. Lo haría todo por ti. - Puso una mano sobre la de ella, que lo observaba emocionada -. Pero tranquila. No creo que las estrellas tengan fin. Al fin y al cabo, los sueños no lo tienen, ¿no?

13.10.12

No quiero un final feliz.

Todavía recuerdo cuando cruzamos nuestras miradas por primera vez. ¡Cómo olvidarlo! Fue un caos. Una explosión en la que se mezcló el cielo de tus ojos y la tierra de los míos. Éramos el mundo, únicos, todo. No me daba cuenta de que mis amigas hablaban de aquel actor guapísimo que acababa de estrenarse en el cine. Sí, ese que parecía un príncipe. Y tú pasabas totalmente de tu grupo, hablando de la fiesta de aquel viernes de junio, en vísperas de vacaciones de verano. Sólo tenías ojos para mí, y sobra decir que yo no me quedaba atrás.
Así pasaron cinco días. 120 horas en las que pudimos encontrarnos tantas veces como es posible en un barrio como el nuestro. Tu no te lanzabas. Yo no me atrevía. Pero el aire entre los dos bancos de aquel parque estaba plagado de miradas secretas, sonrisas furtivas y sentimientos perdidos entre los hilos de la razón y el miedo. Hasta que ese día, te tropezaste conmigo. Tranquilo, nunca creí que en un camino tan ancho como ese no hubiera espacio para dos. Pero fue perfecto. Surgió todo. Por ejemplo, recuerdo la salida al cine. Los nervios antes de llegar, las tontas dudas acerca de la película, las miradas de reojo, los deseos contenidos. Y después las invitaciones a la acogedora cafetería de la esquina. Esa que muy pocos conocían. Y el beso. Allí, en el parque donde conteníamos las emociones, donde nos conocimos "por accidente", sentados en la espalda de un banco una noche de verano, imaginariamente solos. Porque había más gente a nuestro alrededor pero, como siempre que estábamos juntos, habían desaparecido.
Tampoco podré olvidar los días en la playa. Incluso ese día en que me dijiste en un susurro un "te quiero" sincero y dulce. Dos palabras que surcaron la noche y brillaron como estrellas. Eran esperanza de algo más.
Incluso me leíste un trocito de Blancanieves. Sabías que me encantaba. Pero te sorprendiste mucho cuando te dije que no me parecía bien el final. Que sí, que era un bonito final, donde el príncipe y la princesa vivían felices y comían perdices, pero que yo no quería eso. No quería ser como esos libros. Quería a un chico que me quisiera por como era; que me protegiera contra cualquier adversidad; que me llevara hasta lugares que nunca imaginé; que se atreviera a ver películas románticas conmigo; que me despertara con un beso y un "buenos días guapísima". No quería que huyéramos en un corcel hacia en horizonte, porque no me gustan los caballos; ni tampoco que lucharas contra una bruja, porque me parecía irreal. Yo quería algo verdadero, bonito y sincero, pero manteniendo siempre los pies en el suelo. Porque quería soñar, pero no abusar de ello. 
Yo no quería un final feliz. Simplemente no quería un final, quería un para siempre.


6.10.12

No me queda nada.


"La chica suspiró y miró hacia un lado, intentando llegar a una respuesta. Intentado encontrar un ganador para esa lucha interna que se libraba entre la razón y el corazón. Pero él no se rendía, y le cogió suavemente la barbilla girándosela para que lo mirase, encontrándose, así, con los ojos marrones de la joven anegados de lágrimas.

-Si tú no me crees, no me queda nada.

Blanca no pudo más. Lo abrazó. Porque estaba nerviosa, desesperada y asustada. Porque él la hacía sentir segura, confiada y protegida. Porque muy en el fondo, le creía. Él le rodeó la cintura con sus brazos y le acarició delicadamente la espalda en un intento de consuelo. Dejó que llorara sobre su hombro. Así. juntos, podrían superarlo."

¿Me perdonarías si te diera un beso?


"Él se echó hacia atrás. Ella lo imitó. Sobre ellos sólo estaba el cielo anaranjado, los árboles los rodeaban. Tan verdes como siempre, tan llenos de vida que costaba creer que no pudieran hablar.

-A veces siento que la naturaleza quiere contarme algo.
-¿Sí? -rió la chica- A mi no me suele pasar...
-Sí. Escucha. Los pájaros, las ramas... El viento. Cierra los ojos, olvídalo todo.
-¿Así? -preguntó Blanca con los ojos cerrados
-¡Perfecto! Eres buena alumna... -bromeó
-Y tú un buen profesor, entonces.
-¿Lo sientes?

Blanca dudó. ¿Qué tenía que sentir? ¿La naturaleza o a él cerca? Su interior lo tenía claro: a él, aunque no se entregaría tan rápido a nadie. Era una chica delicada, no debían hacerle daño.

-Sí... Algo siento.
-Piensa en dónde estas. En cómo estás. Imagínate flotando. No puedes caerte, yo te sujetaría.
-¿Y si no pudieras cogerme a tiempo?
-En las ilusiones vale todo...

Abrió los ojos. Él estaba a su lado, como había pensado. Puso una mano encima de la de la chica. Le sonrió. El corazón le latía rápido, como si quisiera salir del pecho y entregarse a él. Más sonrisas.

-¿Me perdonarías si te diera un beso?

Ella no sabía que contestar. Entonces, él se acercó. Y un poco más. Y estaban solos, sin que nadie los parara. Fue un beso corto. Sólo juntaron sus labios unos segundos, pero fueron suficientes para que ella se diera cuenta de que merecía la pena."

***

¡Texto compartido con una amiga que quiero un montón! Su blog es: http://aesiy123.blogspot.com.es/
¡Un besito!

28.9.12

Tú. Todo tú.


Me hace gracia, sí, parece muy divertido el momento en el que me preguntas por qué me enamoré de ti sabiendo que tú no sentías lo mismo. Por qué no me dí por vencida y ni me rendí frente a ella, sino que seguí intentando escalar el muro de tu corazón. pero volvía a caer, una y otra vez. Claro, normal que tú no lo entiendas. Tampoco una persona que ronca sabe de sus ronquidos hasta que se lo dicen. Ni se entera un adolescente de que le gusta a otro si no se lo gritan a la cara. Simplemente necesitamos ese detonante que nos haga abrir los ojos y dejar de estar ciegos frente a lo que nos rodea.
Ahora me vuelves a preguntar que por qué me enamoré de ti, y te respondo, ya que me lo preguntas, que me enamoré de tus ojos. Esos pedazos ojos que son una estrella en el universo; que brillan con luz propia y que alimentan también mi luz. De tu boca, que pronunciaba mi nombre como si fuera una palabra mágica. De tu pelo, que caía sobre tu frente como la seda, y que de vez en cuando apartabas para observar fijamente algo que te interesaba de verdad. De tu sonrisa. Sí, esa que a veces me dirigías, pero que nunca fue como la de ella. De tu cuerpo, que encajaba perfectamente con el mío como si de un puzzle se tratara. Pero nunca intentaste unir las piezas. De tu voz, grave, suave y dulce. Un bálsamo para curar cualquier herida. ¿Pero qué digo?¿Por qué nombrar una por una cuando te puedo contestar en pocas palabras? Me enamoré de tu todo. Una pena que no sirviera de nada.

13.9.12

Hasta el fin del mundo.


¿Alguna vez te has preguntado quién es realmente importante en tu vida? ¿Sabes qué persona generaría un caos en tu mundo con su desaparición? Es bastante difícil averiguarlo. Puede que tardemos meses, años o toda la vida. Incluso podemos no saberlo nunca, pero existe. Y es aquella que está contigo desde que tienes memoria. Que está para saltar de alegría con las buenas noticias, y para ofrecer su hombro cuando estás de bajón. Cuando te piden salir, y cuando te rechazan y te rompen el corazón. Cuando tienes cuarenta de fiebre te llevan algo caliente, y cuando tienes calor, te echan agua helada. Es aquella que te anima cuando te sientes insignificante y te baja los humos cuando crees que te ilusionas demasiado, por temor a que puedas chocar contra un muro y te hagas daño. También son las que se parten de risa con tus caídas, pero que luego te ofrecen su mano para ayudarte. Las que te dicen en todo momento que eres la más guapa de todas, y tú sigues pensando que lo es ella. Y cómo olvidar que son capaces de enfrentarse a un gorila para vengarse de cualquier cosa que te haya hecho. Es esa persona única para ti. Y tú eres única para ella. Inseparables. Como los dedos anulares cuando cruzas las manos, imposibles de separar. Como el agua y la arena, una. Vosotras sí sois inseparables, y puedo asegurar que si no estuvierais juntas, si una de vosotras desapareciera, sí que se formaría el caos, porque la buscarías en todos los recovecos del universo y no pararías hasta encontrarla, aunque tuvieras que ir al fin del mundo.

11.9.12

Sueños de niña


Sigo soñando todas las noches con mis libros. Con las historias que los autores han creado para mí, para poder sumergirme en su mundo, perderme entre sus locas fantasías.
Desde pequeña me he transformado en una estudiante de Hogwarts, he conocido a mi príncipe azul como la cenicienta, he volado hacia país de Nunca Jamás, donde he vivido increíbles aventuras. Y también he soñado con que mi hada madrina apareciera, que fuera una sirena por un momento, o que pudiera volar en una alfombra mágica. Cosas que ahora me parecen tonterías pero que, cuando era pequeña, eran ilusiones. Incluso a veces, cuando quiero recordar mi infancia, mis mejores momentos, viajo en mi memoria y vuelvo a ser la niña que vivía en las nubes y en sus fantasías. Y no me arrepiento.
Ahora he crecido, y echo mucho de menos todos aquellos deseos. Incluso estoy un poco apenada por no haber recibido nunca mi carta para el colegio de magia, o porque Peter Pan nunca apareció en mi ventana y tampoco me sopló polvos de hadas para poder volar. Una pena. Habría sido fantástico.
Pero ¿sabes qué? no quiero perder nunca esa ilusión. Puede que mis sueños cambien, que mis padres me obliguen a crecer, y que tenga que asumir mis responsabilidades, pero nunca, repito, nunca voy a dejar que eso me convierta en alguien que no cree en los sueños imposibles, alguien cuyas fantasías nunca han sido más que meros pensamiento que ahora califican de estúpidos e infantiles.
Seguiré siendo, en mi interior, la niña que siempre esperó ser una bruja, ir al país de Nunca Jamás y utilizar zapatos de cristal.

25.8.12

Levantarse.



Llega el día y llega el momento en el que tu vida tiene que dar un giro de 360 grados. No se sabe exactamente cuándo ocurre, pero tengo una teoría. Es cuando dices "ya basta",y no estás dispuesta a seguir así, siendo la chica lista y estudiosa. La niña dulce y tímida que no llama la atención de nadie, que pasa desapercibida y cuya estrella no brilla, todavía.
Pero su interior es mucho más fuerte, aunque ni ella misma lo sabe. No comprende cómo superar algunos retos de la vida, a pesar de haberlo conseguido muchas otras veces. No confía en sus capacidades, ni siquiera en ella misma. Y vive de caídas, de tropezones y de resbalones que la ponen a prueba sin que ella se dé cuenta. Y que poco a poco, la enseñan a levantarse cada vez mejor. Pero pasa el tiempo, y cada vez cuesta más levantarse. Porque deja de dolerte lo físico, y empieza el daño profundo, mucho más difícil de curar. Y vuelves a caer de culo en el frío suelo de la realidad.
Justo ahí llega alguien. Una persona que lo es todo para ti, que te anima y te ofrece la mano tirando de ti para que te pongas en pie y empieces a andar. No dejará que te vuelvas a caer, porque siempre estará allí para sujetarte. ¿Sabes ya quién es esa persona? Yo todavía no lo he descubierto, pero estoy empezando a hacerme una idea.

22.8.12

Mi actriz favorita.




Libérate. Suéltate el pelo, baila como una loca. Diviértete. Canta a toda voz en el coche, ponte la música a todo volumen, salta, ríe, disfruta y que no te preocupe lo demás. Deja las preocupaciones atrás porque tenemos que romper el guión. Sí, me has escuchado bien, el guión.
Porque nuestra vida es una obra de teatro, y yo no quiero ser otra actriz que tiene un papel secundario, que siempre hace lo mismo y que pasa desapercibida. Esa a la que mandan a otro país o incluso la matan porque la audiencia no la quiere. Yo quiero ser protagonista de mi propia obra. Quiero que me aplaudan por mis logros. Que lloren por mis tristezas. Que disfruten con mis alegrías, con mis sueños. Quiero escribir mi destino en papeles en blanco, vírgenes, donde el fino pincel no ha desembarcado aún Donde todo es posible sólo si tú quieres que lo sea.
Quiero ser la autora de mis actos, de las escenas y de los diálogos que conformen mi historia, y si no sé escribirlos, aprenderé de los errores.
Quiero cumplir mis sueños, mis propósitos y mis metas, porque sé que puedo con ellas. Seré la persona que siempre quise ser, y me sentiré orgullosa de mi propia identidad.
Imaginaré historias de amor como las de las películas, pero confío en quw algún día yo sea la protagonista de la mía, y que sea tan mágica o incluso más que aquellas con las que fantaseaba de pequeña (y no tan pequeña)
Pero de lo que estoy segura es de que no quiero ser como los otros actores, quiero ser yo, y esa será siempre mi actriz favorita.

19.8.12

Mi desorden ordenado.



Un caos mental, un desastre inalcanzable. Es algo mío y que sólo yo conozco y puedo manejar. Es mi mente, mi conciencia. Son mis pensamientos, mis sentimientos y mis emociones. Un completo lío que nadie comprende. Eso soy yo. Así somos todas las personas. Un desorden que sólo nosotros podemos organizar.

15.8.12

Versión 2.0.



Inspiro, expiro. Inspiro, expiro. Lo hago varias veces en un vago intento de relajarme. Llevo un rato esperando a que llegue el momento en que lo supere, pero no llega. Y lo intento. Intento abrirme a la gente que no conozco pero que me muero por conocer, por trabar amistad con ella. Y cuesta. Debes saber lo que cuesta. Intentar olvidar por un momento todas tus inseguridades, tus problemas, a tí misma. Dejar de avergonzarte de cómo eres por miedo a ser rechazada, a ser diferente. A quedarte sola.
Y lo intentas. Una y otra vez. Y nunca lo consigues. Se te forma un nudo en la garganta, se te revuelve el estómago y tiemblas. De los nervios. Del miedo. De la ansiedad. Y vuelves a refugiarte en tu música, en los libros, en las peículas donde la chica tímida lo supera. Y te preguntas: "¿Por qué no lo consigo yo?"
Pero sabes y tienes esperanza de que algún día pasará. Algún día te trasnformarás y surgirá en ti esa loca de la colina que sigue siendo la misma. Tú. Pero en versión 2.0.

11.8.12

Esperando.


Según la Real Academia de la Lengua Española, "esperar" significa "permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo". Algo normal y corriente, algo parte de la vida diaria. Pero cómo duele. Cómo duele que te hagan esperar, que dejen a la curiosidad invadirte cual nube invade un precioso cielo azul. Y todo se oscurece. Se nuble tu futuro, porque sabes que, si alguien te hace esperar, no puede pasar nada bueno.
Me imagino que te habrás dado cuenta que no me refiero a esperar porque alguien llegue tarde donde habeís quedado para comer, o a casa por la noche. Porque eso no duele ni una milésima de lo que duele esperar una respuesta, una sílaba, un gesto, un mensaje, una carta, una llamada. Un "algo" que siempre, siempre llega tarde.
Cómo duele, ¿No? Que le digas a tu mejor amigo cuánto te gusta y que él se quede en silencio. Un silencio sepulcral que te rompe el corazón. Que le envíes una carta al amor de tu vida, que fue a luchar a la 2da Guerra Mundial y que no recibas su respuesta. Que sepas que un familiar está grave y que no recibas llamadas que informen de su estado. Uff, duele.
Así que, para los que esperan, que sigan así. Sé que duele, que agobia, que angustia y desespera, pero si realmente te importa tu mejor amigo, el de amor de tu vida o ese familiar enfermo, sigue esperando o bien toma la iniciativa. Y para aquellos que nos hacen esperar, que piensen cómo duele, si les gustaría que se lo hicieran. Que reflexionen.




4.8.12

Una tonta que sueña.


¿Sabes? Hasta hace un momento no me he dado cuenta de que echo de menos lo que no tengo, lo que nunca he tenido y por consecuencia, nunca he sentido, saboreado, olido, tocado. Es de tontos, y lo sé, pero tengo entendido que si lo echo de menos es porque lo deseo. Porque en mi interior, en lo más profundo, tengo la necesidad de ello. Y justamente por eso, lo quiero. Pero a la vez lo extraño.
Veo a una pareja, de la mano, siempre juntos, demostrando que se quieren, y que por el momento, no tengo ni he tenido a alguien así. Con quien no haya barreras, con quien pueda hablar de todo, con confianza y sin temores, sin esa maldita vergüenza.
También echo de menos a alguien a quien abrazar con amor, alguien con quien pasear por la playa en la puesta de sol, o en el parque. O alguien con quien salir de fiesta, a cenar, a comer. Alguien que me recoga a las ocho en la puerta de mi casa y que me diga lo guapa que estoy. Al chico de mis sueños, de mis libros, de mis fantasías. A la historia de vida, a mi vida como un cuento de hadas.
Sí, repito. Puede que sea una tonta por anhelar algo que nunca he tenido, pero sé que por lo menos, soy una tonta que sueña con una pizca de esperanza y felicidad en un mundo en el que los soñadores lo tienen muy difícil.

1.8.12

Es mi vida.


Odio que las personas intenten manejarme, que intenten manejar mi vida a su antojo. Es mía y de nadie más, y tengo el derecho de utilizarla, de organizarla y de rellenarla como quiero. No quiere que me digan lo que tengo que hacer, cosas tan obvias, tan evidentes que las puedo saber yo. Tengo conciencia, y por eso mismo, sé cuando algo está bien o cuando está mal, cuando debo seguir o cuando debo darme por vencida. También entiendo cuando no debo salir, cuando tengo que estudiar, cuando tengo que hacer deporte, cuando debo comer. ¡Lo entiendo! Pero cada vez que me repiten, una y otra vez mis obligaciones, me poner de los nervios. Y es que parece que no tenga capacidad de saberlo, de pensarlo y entenderlo, de comprender lo que tengo que hacer. Pues sí que puedo hacerlo, y lo puedo demostrar.
Tampoco soporto que todos los días me recuerden mis asuntos pendientes: que si tengo que enviar esto, que si tengo que pagar lo otro, que si tengo que estudiar para esto, que si queda poco tiempo para lo otro. ¡Lo sé! ¡Lo sé y lo entiendo, lo sé y lo comprendo! Pero, por favor, dejadme libre, independiente, a mí sola, a mí y a mi conciencia, a mí a mis actos. Porque no soy perfecta, y eso es lo bonito de la vida, y de mi adolescencia. Mis errores, equivocaciones, caídas. Pero ¿no son bonitos los aciertos, las correcciones y el hecho de levantarse?
Así que, por favor se los pido, que me dejen en paz, porque, aunque no lo crean, esta es mi vida.

28.7.12

Pasado que añoro, presente que disfruto.


Echo de menos los buenos tiempos, cuando no hacíamos nada, no teníamos preocupaciones. ¿Qué me importaba lo que quería estudiar, si quedaba mucho para eso? ¿Qué más me daba una ropa que la otra?
Qué bonito era quedarse hasta las tantas en verano jugando al escondite, con las muñecas, en la piscina con los amigos, jugando a la pelota, construyendo castillos de arena... Reírse cuando te hacían el "cucu... Tra!", asustarse con las brujas y los monstruos, cogerle la mano a tu madre como si fuera a desaparecer, y escuchar cantar "pinpon es un muñeco" para dormir tranquila. Tantísimas cosas que no he vuelto a hacer. Pero ¿Sabes? Ahora hay mucho más, y tampoco cambiaría por nada las salidas nocturnas con tus amigas, las fiestas, el cine, el primer beso, los días de playa y amigos, las fiestas en la piscinas, las tonterías de la edad del pavo. Ni siquiera las terribles horas frente al armario, pensando qué ponerte para estar perfecta, los días de gimnasio para la "operación bikini", y los días en los que hay que hincar los codos para aprobar la asignatura. Y ya, para agregar lo que todos hemos hecho alguna vez, los abrazos A esas madres que siempre nos consuelan cuando nos rompen el corazon, y que se ríen de nuestras estupideces, y que siguen diciéndote: "mientras vivas en esta casa, seguirás las normas que hay, porque mando yo!".
Eso es lo bonito de esta edad, lo que se nos va cuando crecemos, maduramos y nos convertimos en adultos, algunos serios, otros no tanto, pero todos lo somos algún día, y tenemos otras cosas que hacer.

25.7.12

Te tengo que decir algo...


¿Alguna vez os ha gustado alguien? ¿Habéis estado enamorados? De una persona que esté constantemente en tu cabeza. Que pienses en su sonrisa, en sus ojos, en su pelo, en sus bromas, en ese abrazo que alguna vez te dio. A lo mejor ni siquiera sois amigos desde pequeños, pero la confianza que teneis es grande... No, es enorme. Es un castillo de piedra sobre un monte altísimo. O es como el agua... Fluye naturalmente, siendo muy difícil separar sus componentes. Algo que no se puede romper, vosotros. Nosotros. Sólo piensas qué puede pasar si le dices lo que sientes.

Luego, crees que siente lo mismo, que has "captado" las señales, y te animas. Imaginas en tu cabeza las millones de formas de decírselo, y lo más difícil es saber cómo hacerlo. Cómo decirle la verdad.
Y te decides, pero, cuando estás frente a esa persona, te tiemblan las rodillas, te castañean los dientes, se te para el corazón, olvidas lo que ibas a decir, esas palabras que podías considerar las más importantes de tu vida. Y simplemente le preguntas que cómo le va, qué tal la universidad, la familia, los amigos, pero no le has dicho: "me gustas". Es muy difícil, y otra vez pierdes la oportunidad. Si quieres, puedes decirlo con otras palabras, a tu estilo, pero las frases se atragantan en tu garganta. Y cuando te pregunta, después del silencio en el que intentabas recuperar la respiración: "¿Qué pasa?", tu le respondes: "¡nada, una tontería!, olvídalo".
Pues así es. Si nunca te ha pasado, si has podido decirle todo lo que sentías, te felicito, e incluso te admiro porque hay que ser valiente. O por lo menos, atrevido.
Por ahora, yo soy tímida, pero sigo preparando el discurso que le daré el día en que, por fin, me anime a decírselo. Por ahora llevo esto:
"Necesito decirte una cosa... Sabes que llevamos siendo amigos mucho tiempo, que eres las persona en quien más confío, que lo daría todo por tí. Que te quiero, más de lo que puede que imagines. Me gustas desde hace tiempo, y quería saber si, por casualidades de la vida, por coincidencia del destino, tú sientes lo mismo."
Ala, del tirón. Sin respirar y sin pensarlo, porque la razón es el rival milenario del corazón, y aún cuando soy una persona realista, me dejo llevar. Pero vamos, que si quieres (y te atreves), plántale el beso de su vida... Y de la tuya!

24.7.12

"La vida es sueño" - Pedro Calderón de la Barca

¿Qué es la vida?, un frenesí.
¿Qué es la vida?, una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

"La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca


***

Me encanta este fragmento. Lo he leído millones de veces, y no me canso de hacerlo. Es tan real, pero tan fantástico al mismo tiempo. Puede que sea una de las cosas que te hagan pensar en lo que es la vida realmente. En su significado y en el aprecio que hay que tenerle.

21.7.12

Poder volar.



Yo puedo volar. En realidad, todos podemos. Es inexplicable, increíble, alucinante, pero hazme caso, que se puede volar. Sólo hay que seguir el manual de instrucciones. ¿Quieres que lo resuma? Pues mira, una de las cosas más importantes es ser feliz. El primer paso para volar. Nacen las alas, te transformas en lo que tu quieras. Un cisne, un águila, una paloma. Si quieres, ¡un pelícano! ¿Qué más da? Tienes tus alas, pero falta una cosa: soñar. Sin eso, no vuelas. Es como la gasolina.
Sueñas, imaginas un mundo a tu medida, donde se cumplen tus deseos más profundos. Donde las cosas imposibles pasan. Donde tienes tu coche favorito, donde encuentras al chico de tu vida, donde lo que menos esperas que pase, pasa. Planeas por el cielo de tus sueños y no te lo puedes creer. Que puedes volar. Y el camino de tus sueños no tiene límite, se los pones tú. Así que tienes que destruir el muro de la realidad, y cuando lo hagas, cuando caiga el muro, cual muro de Berlín sea, volarás.
Qué bonito, ¿no? Que es tan fácil volar. Imagínate, ¡qué sólo necesitas tu imaginación. Y eso es gratis! Así que vuela sobre el cielo azul, entre las nubes esponjosas. O, si quieres, en el oscuro cielo lleno de luminosos brillos dorados, surcando lagos, ríos, mares y océanos, siendo capaz de todo. Realizando tus sueños y alcanzando, con tan sólo tu imaginación, aquel castillo de cristal que tú mismo has construido, allí en lo alto, más allá de todo, más allá de las estrellas.

20.7.12

Tienes miedo.


Tienes miedo. De lo que pueda pasar, de lo que ya ha pasado, de lo que no conoces, de los cambios.
La inseguridad cubre tus pensamientos, nubla tu mente, tus sentidos, y te pierdes. Te pierdes en un huracán de problemas que se forman en tu cabeza. Te los imaginas y los creas sin darte apenas cuenta. Pero eres tú.
Necesitas, como todo el mundo, dificultades en la vida, porque parece que sino, no es lo que es.
Cuando todo va bien, incluso se podría decir genial, piensas ¿Qué estará pasando? ¿Es tan difícil creer que todo puede cambiar, que podemos ser felices? Al parecer sí, y es porque tienes miedo. Tenemos miedo, inseguridades, tristezas, angustias. Pero también tenemos alegrias, fiestas, sonrisas, abrazos, amor. Por eso tenemos miedo. De perderlo, de quedarnos con lo malo, con las lágrimas, la soledad y los problemas. Pero siempre, no importa qué día sea, qué edad tengamos, hay que recordar una cosa: sí, hay miles de problemas, pero hay infinitas soluciones, y nada es imposible. Plantéate eso, que sea tu filosofía de vida. Que nada es imposible y que no tengas miedo. Todo es más sencillo de lo que parece.

12.7.12

Lo distinto, lo diferente, lo que nos asusta.

"A veces odiamos lo que es diferente a nosotros. Pero muy a menudo se debe a que tenemos miedo de lo que no conocemos, de lo que es distinto.
Y es porque, en el fondo... tememos que nos guste."

Gerde - Memorias de Idhún, La Resistencia (Laura Gallego García)

Volverá - El Canto del Loco

Me acuerdo y pienso el tiempo que llevábamos sin vernos,
dos niños pequeños que lo sentían todo,
pero lo sigo sintiendo hoy por ti,
recuerdos que tengo,
no entiendo que dejáramos de vernos buscando
mil besos que no son nuestros besos,
deseo estar contigo hasta morir.

Desesperándome te buscaba en mis sueños y ahogándome
volverá seguro que volverá
y sigo sintiendo te echo de menos
que acabe mi soledad volverá
te juro que volverá ese amor verdadero
cuando era pequeño seguro que volverá, volverá.

Te miro te miro mi tiempo y siento que tu eres lo que quiero
mi niña mi sueño todo eso que no tengo
y que sigo sintiendo hoy por ti.

Incluso en mis sueños me invento y creo que te tengo te toco,
tu cuerpo y se que eso no es cierto
me estoy acojonándome sin ti.

Desesperándome te buscaba en mis sueños y ahogándome volverá
seguro que volverá y sigo sintiendo
te echo de menos que acabe mi soledad
volverá te juro que volverá ese amor verdadero cuando era pequeño
seguro que volverá, volverá.

Desesperándome te buscaba en mis sueños y ahogándome
volverá seguro que volverá
y sigo sintiendo te echo de menos
que acabe mi soledad volverá
te juro que volverá ese amor verdadero cuando era pequeño
seguro que volverá, y volverá.

10.7.12

Sal con una chica que lee - Rosemary Urquico


Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el armario porque ha comprado demasiados.

Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de inscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

8.7.12

Mejor amiga?


¿Mejor amiga? No se trata de hablar todo el tiempo, porque no todo el tiempo se puede. Se trata de que aunque no se vean siempre, se tenga la misma confianza del principio, de que cuando se vean, aunque haya pasado el tiempo, parezca que viven juntas, que estudian en el mismo sitio. Se trata de que, cuando ella caiga, tu la levantes, de que cuando te pase a ti, ella te ayude, te anime. Se trata de confianza sobre todo lo demás, de contarle todo lo que te pase, tus secretos ocultos. De confiar en ella más que en cualquier otra persona, de no olvidar todos los momentos vividos, de reír juntas como con nadie te ríes ( Sí, como una bruja. =D ). De ser transparente con y para ella, al igual que lo es ella para ti. La conoces mejor que cualquier otra persona, y nunca podrías olvidarla. De saber que, aunque no os veáis, aunque no siempre estáis juntas, ella siempre va a estar para ti y tú para ella :). Eso es una mejor amiga, no un simple apodo. O por lo menos, no lo lleves como eso.

No te entiendo...




No logro comprender cómo pasó todo. Sigo sin entender en qué momento todo lo que llevo dentro cambió. Cuándo dejé de verte como un simple amigo. Un compañero. Pasamos de confianza infinita a vergüenza y timidez. Ahora te veo de otra manera. Como algo más que un amigo. Y ya no existe la misma relación. No nos contamos todo, y ni siquiera hablamos todos los días, como antes de que esto pasara.
Y sigo sin entender, ahora mismo, qué tengo que hacer. Dímelo tú. ¿Qué hago? ¿Cómo reacciono frente al cambio, a esta nueva relación? Sólo veo dos opciones. Una, olvidar que esto pasó, y volver a ser amigos, como antes. Pero ¡¿quién dice que todo volverá a ser como antes?! Está claro que no pasará y que, por descarte, tendría que elegir la segunda opción, porque no quiero perderte, ni a ti ni a tu confianza, tu cariño, tus abrazos. Así que podríamos intentarlo. Por lo menos intentar que salga bien, que haya algo. Pero tú no estás dispuesto. Y en el amor, como bien sabes, juegan dos. Aquí sólo está buscando la solución uno de los jugadores, y no eres tú. Porque veo cómo te alejas, confuso. Cómo intentas reprimirlo. Si en algún lugar de tu corazón, aunque sea muy lejano, me quieres como yo a ti, espero que consigas aclararlo. Porque a mi también me es difícil asimilarlo y escoger. Pero por ahora, no te entiendo...

5.7.12

Sonrisas.




¿Sabías que la sonrisa es un gesto que forma parte del idioma universal? Sí, como los números. Pero sé la diferencia entre ellos. Uno es objetivo, pero, ¿y el otro?
Las sonrisas son palabras. Son una forma de expresarse y una forma de vivir, de querer. Hay muchos tipos: de lado, enseñando los dientes, las media sonrisas... pero todas significan algo, y cuando son de verdad pueden iluminar tu día. ¿Quién sabe? A lo mejor a esa señora vestida de traje le alegras la mañana cuando la saludas y le sonríes en el ascensor. O al portero del edificio. No importa. Pero es una forma de alegría, y nunca se debe perder. Por eso digo, que una sonrisa tiene un montón de significados. Puede que sea de alegría, de amor, de simple cariño. Una sonrisa pícara, tímida o atrevida. Pero cada una de ellas puede ser un mundo. Sí. Entiendo que a veces estemos tristes, o tengamos un día de los que nos levantamos con el pie izquierdo, o de bajón. Pero quiero que sepas algo. Para alguien en este planeta, en el universo, tu sonrisa cada día es su mundo.