28.7.12

Pasado que añoro, presente que disfruto.


Echo de menos los buenos tiempos, cuando no hacíamos nada, no teníamos preocupaciones. ¿Qué me importaba lo que quería estudiar, si quedaba mucho para eso? ¿Qué más me daba una ropa que la otra?
Qué bonito era quedarse hasta las tantas en verano jugando al escondite, con las muñecas, en la piscina con los amigos, jugando a la pelota, construyendo castillos de arena... Reírse cuando te hacían el "cucu... Tra!", asustarse con las brujas y los monstruos, cogerle la mano a tu madre como si fuera a desaparecer, y escuchar cantar "pinpon es un muñeco" para dormir tranquila. Tantísimas cosas que no he vuelto a hacer. Pero ¿Sabes? Ahora hay mucho más, y tampoco cambiaría por nada las salidas nocturnas con tus amigas, las fiestas, el cine, el primer beso, los días de playa y amigos, las fiestas en la piscinas, las tonterías de la edad del pavo. Ni siquiera las terribles horas frente al armario, pensando qué ponerte para estar perfecta, los días de gimnasio para la "operación bikini", y los días en los que hay que hincar los codos para aprobar la asignatura. Y ya, para agregar lo que todos hemos hecho alguna vez, los abrazos A esas madres que siempre nos consuelan cuando nos rompen el corazon, y que se ríen de nuestras estupideces, y que siguen diciéndote: "mientras vivas en esta casa, seguirás las normas que hay, porque mando yo!".
Eso es lo bonito de esta edad, lo que se nos va cuando crecemos, maduramos y nos convertimos en adultos, algunos serios, otros no tanto, pero todos lo somos algún día, y tenemos otras cosas que hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado, ¡házmelo saber! Es toda una alegría para mí.